La cultura otaku: un estilo de vida

Taro Aso: Los contenidos japoneses, como el anime,  los videojuegos y la moda, llaman la atención de los consumidores mundiales

Pasar el fin de semana en el Centro Histórico se ha convertido en toda una tradición entre los capitalinos. En los alrededores del Palacio de Bellas Artes, grupos de jóvenes se reúnen para convivir y compartir sus aficiones por la cultura asiática, especialmente el gusto por el “anime” o animación japonesa.

“Bazar del Entretenimiento y del videojuego” también conocida como “Friki plaza”

A unos cuantos pasos del recinto  de arte se encuentra el “Bazar del Entretenimiento y del videojuego” también conocida como “Friki plaza”, el lugar preferido de los amantes del anime  conocidos como “otakus”.

En esta pequeña plaza comercial, los jóvenes – y no tan jóvenes-  consiguen: series, películas, posters, videojuegos, ropa, comida y demás artículos (algunos  de colección)  con los que muestran su afición hacia este arte.

“Conocí el anime por error, un día mi mamá me iba comprar una revista, estaba indeciso, vi que unos chicos se llevaron una revista de “Conexión Manga” me gustó la portada y la termine comprando. Me gustaron las reseñas e historias y dije: de aquí soy”  Así declaró Luis Álvarez  de 23 años de edad, estudiante de Ingeniería en Electrónica  en la Universidad Autónoma Metropolitana, quién se dice estar orgulloso de ser otaku.

El anime. (アニメ) es el término occidental con que se conoce a la producción de dibujos animados o “caricaturas” para televisión hechos en Japón.  La mayor parte de la animación japonesa tiene sus orígenes en el “manga”, que son tiras cómicas, historietas o cómics hechos en el país del sol naciente mientras que algunas otras tienen su origen en videojuegos.

Relación Japón-México

La mayoría de las importaciones y exportaciones entre México y Japón son productos manufacturados, sin embargo, Japón tiene pensada una nueva forma de incrementar su economía  gracias a las producciones de entretenimiento por las que se caracteriza, es decir, del anime, manga, videojuegos y música.

«Los contenidos japoneses, como el anime,  los videojuegos y la moda, llaman la atención de los consumidores mundiales”, afirmó  en 2010 Taro Aso, quién era Primer Ministro de Japón y que en la actualidad ocupa el cargo de Ministro de Finanzas de aquel país.

El objetivo primordial es incrementar los ingresos con todo  lo relacionado a cómics, los dibujos y los videojuegos  y que estos sean capaces de generar el  18% de las ventas al exterior frente al 2% actual, explico  Aso. Aún no hay nada concreto, pero ahora trabajan en eso para hacerlo posible,  ya que dicha industria es de suma importancia para la economía del país nipón.

Uno de los primeros animes en ser exportados a occidente fue “Astroboy”. Debido a la gran popularidad que se generó -y se ha generado hasta la fecha-  con la distribución de este género de entretenimiento oriental, se  dio  paso a una nueva forma de expresión: “La cultura otaku”.

Esta cultura tiene su origen en los 80´s en Japón pero hoy en día está ha sobrepasado fronteras y se ha popularizado en los países de habla hispana particularmente en México.

En la jerga moderna del Japón, el término “otaku” se refiere a un fan de cualquier tema en particular. Los otakus son en su mayoría jóvenes con afición al manga, anime y/o videojuegos y suelen reunirse para compartir estos productos  y su experiencia en esta cultura.

La economía japonesa es de las más influyentes en el mundo, según datos del FMI  (Fondo Monetario Internacional) está ocupa el segundo lugar entre los países de Asia y a escala mundial tiene la tercera posición. De acuerdo con datos de dicha institución, en 2011 el PIB (Producto Interno Bruto) de Japón sumó 5,869 miles de millones de dólares.

La idea de crear una industria de animación no tenía como fin conquistar el mercado internacional; Japón   no estaba enterado de la relevancia del anime en el resto del mundo, especialmente el papel que estaba jugando en Latinoamérica, ya que el idioma y distancia tanto cultural como territorial  hacían imposible creer en un interés por estas producciones. Explicó Alex Lizardi, académico en la Universidad Iberoamericana e investigador de anime, videojuegos y música.

Los otakus japoneses son personas introvertidas, no suelen reunirse con otras personas,  siempre han sido considerados por el resto de la sociedad japonesa, como desadaptados y autistas, jóvenes que se evaden y rechazan el contacto con un mundo de control.

Para muchas personas es muy extraño ver a alguien en la calle con los atuendos de su personaje favorito de algún anime, escuchar música japonesa o  mostrar interés hacia esa cultura. Ser otaku es para muchos significa pérdida de identidad, inmadurez,  ser antisociable y en ocasiones  se les juzga de “locos”.

Marcha del Orgullo Otaku 2012

“Es un poco raro ver que a estos chavos les gusta todo lo de ese país. En ocasiones no sé cómo le pueden entender a las caricaturas que ven, el idioma es muy extraño. Pero cada quién sus gustos” Declaró  Dulce Pérez, encargada de una farmacia en la zona centro de la Ciudad de México.

Para México el término “otaku” es otro, aunque conserva una similitud: la afición por el anime. La gran diferencia en el término es que en México, ellos no son muy introvertidos, al contrario, buscan reunirse y compartir sus experiencias además tienen muchos amigos a los que no les gusta el anime, es decir, no sólo  conviven con otakus.

“Aun siendo otaku me considero muy sociable, por lo menos lo normal, pues el anime es como cualquier hobbie es como el fut o la música, son cosas que otras personas tienen en común y te hace hacer amigos así que podría decirse que sí me ha ayudado a conocer a más personas” dijo Iván de Jesús de 22 años de edad y que actualmente estudia Relaciones Internacionales en la FES Aragón.

El orgullo otaku

Para estos jóvenes dar a conocer más sus gustos y buscar que estos sean respetados es lo más importante.  Desde hace cinco años realizan en el mes de mayo “La Marcha del Orgullo Otaku” que es patrocinada por plazas y  tiendas como: “Pikashop”,  “Okashi Store”, el “Bazar del Entretenimiento y el videojuego”, “Nekosei Shop” y la estación de radio online  “Sekai no oto”.

El pasado domingo 26 de mayo se llevo a cabo la marcha en donde más de 3,500 otakus se dieron cita en el Zócalo capitalino para iniciar el recorrido de la caminata hasta el Ángel de la Independencia. Al final del recorrido se considero a esta como una «Marcha Pacífica para toda la familia con motivo de recreación» así lo indico el personal de Protección Civil y del Gobierno del Distrito Federal.

Marcha del Orgullo Otaku 2013. Foto: BazarGames

Además de marchas y reuniones en la zona centro de la Ciudad de México, también se reúnen en convenciones de anime. Una de las más populares y conocidas entre los otakus es la “TNT”, que durante trece años se ha encargado de establecer una relación más estrecha entre las producciones  japonesas y los amantes de esta.

Así mismo ha traído a México a importantes artistas y bandas japonesas, como el grupo de  pop indie “Everlast”, integrado por Yukari Wakana en la parte vocal y Nobuhiko Otsuru en la producción. En estos momentos sus videos cuentan con más de 342,000 vistas y su cuenta de Facebook contiene más de 251,000 likes. Sus fans se expanden por todo el mundo gracias a los medios digitales y la s producciones de anime.

“Cada año voy a la TNT. Me gusta ir porque encuentro cosas que en la “friki plaza” o en la “Pikashop” no encuentro  y algunas  están más baratas. Además los conciertos se ponen muy buenos y siempre hay buen ambiente” declaro Fernanda Martínez de 16 años estudiante de preparatoria.

La diferencia de elementos culturales entre ambos países, no son un impedimento para que miles de jóvenes día a día aumenten su gusto por estas producciones orientales. La mayoría de ellos opina que el ver anime los ayuda a encontrar su verdadera identidad, aprender otro idioma, costumbres y sobre todo recuperar todos aquellos valores que se han perdido y forjar otros.

“Mis hijos son otakus, ya tienen más de 20 años. Nunca me opuse a sus gustos, al contrario, estoy tranquila porque gracias a estas series ellos nunca cayeron en vicios ni nada de eso, son muy respetuosos y tienen una visión más optimista de la vida. Me da gusto venir a trabajar aquí porque convivo con muchos muchachos  que me recuerdan a mis hijos”  Declaró Teresa García de 54 años de edad,  vendedora en la plaza “Pikashop”.

Todos los fines de semana hay reuniones y eventos en las plazas dedicadas a esta cultura, miles de jóvenes se dan cita en las estaciones del metro  cercanas al lugar para llegar juntos hasta esos puntos de reunión. No importa sí van a comprar o no algún artículo, lo importante es ir a convivir con sus amigos y conocer gente nueva.

Siempre con buena actitud, sonrientes y optimistas, reflejan su afición por este arte que sin duda alguna siempre se ha estigmatizado, pero  que con el paso del tiempo la sociedad ha aprendido a tolerarla y conocerla un poco más.

Por: Evelyn Yissel Pérez Pérez