El Heavy Metal regresó en su forma más pura y victoriosa.
13 – Black Sabbath
A pesar de no ser del todo la alineación original, Ozzy y compañía nos hacen olvidar eso, al darnos un material lleno de la mejor esencia, incluso comparable a “Black Sabbath”, “Master of Reality” y “Paranoid”.
“End of Beginning” nos lo dice perfectamente en la letra: “Is this the End of the Beginning, or the Beginning of the End?” Al escuchar los primeros segundos, sabemos que será un disco lleno de Black Sabbath por donde se escuche. Con un inicio lento, anunciando el apocalipsis que estamos por escuchar. Al cabo de unos momentos, comienza la cabalgata de éste jinete del apocalipsis, aumentando el ritmo y la potencia de los riffs.
Ya habíamos escuchado “God is Dead”, y tanto “End of the Beginning” como ésta, completan el Requiem perfecto para una experiencia cercana a la muerte. También con un estilo lento al principio, con letras alusivas a Nietzsche (Al igual que el título), recordaremos los mejores momentos de Black Sabbath con Ozzy al mando. Es uno de los temas más destacables, y de los que personalmente, más me agradaron.
“Loner” Mantiene el mismo estilo, aunque con toques más melódicos, lo cual no hace más que demostrarnos que no todo en el Metal, es velocidad y riffs pesados. Algo que Black Sabbath nos ha venido enseñando desde su primer disco.
Con “Zeitgeist”, recalcamos lo anterior mencionado, pues el ambiente es totalmente tranquilo. Da un sentimiento de soledad… De oscuridad. Algo que nos recuerda a las mejores piezas ambientales de la banda, como “Solitude”, del Master of Reality, y “Planet Caravan”, de Paranoid.
Al escuchar “Age of Reason”, nos devuelve ese sentimiento más heroico, con un ritmo y estilo constante, aderezado por un solo de guitarra casi perfecto de Tony Iommi. Sin duda un excelente “despertar” de la pieza anterior, que nos mantuvo en un trance hermoso.
“Live Forever” puedo atreverme a decir que es una de las piezas más pesadas del disco. El estilo es notable, y al escucharla, sabemos que estamos por llegar al final de todo, pero no queremos aceptarlo… La guitarra también es muy sobresaliente.
Sigue “Damaged Soul”, con un ambiente que nos hace imaginarnos resignados ante un destino inminente, y no es para menos, pues es el penúltimo track del álbum. Ritmo lento, y una letra que solo refuerza el ambiente anteriormente mencionado. Simplemente genial.
El último capítulo de éste viaje por la vida y la muerte, se llama “Dear Father”, que se presenta como nuestra llegada al infierno. Es el excelente final, para un excelente disco, con una esencia similar en cada una de las canciones, pero con un ambiente variado, sin salirse del estilo y el contexto que nos presentan Ozzy y compañía, con solos de guitarra maravillosos y clásicos, una batería que nos hace olvidar la ausencia de Bill Ward e incluso perdonarla, y con Geezer Butler simplemente haciendo lo suyo con el bajo, que suena mejor que nunca.
El track cierra con un guiño a “Black Sabbath”, track del álbum del mismo nombre, con una lluvia y campanas sonando… Lo cual deja mucho material para interpretar. Sin duda, el cierre perfecto.
Veredicto Final: 10
Black Sabbath regresó con un disco perfecto, en donde nos demuestra que los años no tienen que reducir la calidad musical y de interpretación. El contexto y ambiente que nos presenta, junto con sus letras y música, hacen una mezcla perfecta para un disco que está más que a la altura de los clásicos de la banda con Ozzy. Ojalá más bandas de culto, hicieran nuevos discos de culto, como lo hizo Black Sabbath en tan solo 8 canciones, como solo ellos saben hacerlo.
Por: Ozz Villar
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